Joseph Grinnell (1917) introdujo el concepto de nicho como el conjunto de condiciones ambientales y hábitat físico que una especie necesita para sobrevivir y reproducirse. Su enfoque es principalmente espacial y ambiental, enfatizando la relación de la especie con el medio físico. Por ejemplo, el nicho de un oso pardo puede describirse en términos de bosques templados con disponibilidad de presas grandes y refugios adecuados.
Este concepto destaca que cada especie tiene un "lugar" definido en el ecosistema y que la distribución geográfica está limitada por las condiciones físicas. Es útil para estudios de distribución geográfica y conservación de hábitats.
Charles Elton (1927) amplió la idea del nicho incorporando la función de la especie en la comunidad. Para Elton, el nicho no solo describe dónde vive una especie, sino cómo interactúa con otras especies y qué papel desempeña en el ecosistema.
Por ejemplo, un colibrí no solo requiere flores para alimentarse, sino que también actúa como polinizador. Su nicho incluye su dieta, comportamiento y relaciones tróficas. En contraste con Grinnell, Elton se enfoca más en la dimensión biológica y funcional del nicho.
G. Evelyn Hutchinson (1957) formuló un concepto más matemático y multidimensional. Define el nicho como un hipervolumen en un espacio n-dimensional, donde cada dimensión representa una variable ambiental o biológica que afecta la supervivencia y reproducción de la especie.
Por ejemplo, para una especie de pez podrían considerarse dimensiones como temperatura del agua, concentración de oxígeno, pH, disponibilidad de alimento y presencia de depredadores. El nicho de Hutchinson permite cuantificar el solapamiento entre especies, analizar competencia y modelar nichos potenciales bajo diferentes escenarios ambientales.
El concepto de nicho ha evolucionado desde la descripción simple del hábitat (Grinnell), pasando por la función ecológica (Elton), hasta llegar a la formalización matemática (Hutchinson). Cada enfoque aporta herramientas complementarias para entender la ecología de las especies, la competencia, la distribución geográfica y la dinámica de comunidades. Comprender estas diferencias es clave para aplicaciones modernas como modelado de nichos, estudios de invasiones biológicas y estrategias de conservación.
"El nicho de una especie no solo define dónde vive, sino también quién es y cómo interactúa con su mundo" (resumen conceptual).