Climatic niche shifts in introduced species — Current Biology 31, R1252–R1266.
El artículo de Bates y Bertelsmeier (2021) es una revisión exhaustiva de la literatura científica sobre los cambios de nicho climático en especies introducidas. Su objetivo es determinar si las especies invasoras se establecen en condiciones climáticas similares a las de sus rangos nativos o si experimentan un desplazamiento de nicho.
Las autoras argumentan que la frecuencia real de los cambios de nicho es incierta debido a la interpretación inconsistente de las métricas, a problemas conceptuales que favorecen el sesgo hacia la conservación del nicho, y al uso de datos climáticos que podrían no ser biológicamente relevantes.
El artículo también analiza los mecanismos subyacentes a estos cambios, distinguiendo entre cambio de nicho realizado y cambio de nicho fundamental, señalando que la evidencia concluyente para el segundo es escasa. Finalmente, aboga por un trabajo interdisciplinario que combine análisis computacional con evidencia experimental para mejorar la predicción de invasiones biológicas y la respuesta de las especies al cambio climático.
En 1957, G. Evelyn Hutchinson propuso describir el nicho fundamental dentro de un espacio n-dimensional, donde cada dimensión representa una variable ambiental (como temperatura, precipitación o tipo de suelo). Este concepto se conoce como hipervolumen de nicho.
No obstante, vincular el rango de una especie directamente con los límites de su nicho fundamental es complejo. Las especies rara vez ocupan todas las áreas ambientalmente adecuadas debido a:
Por ello, las especies ocupan solo una porción de su nicho fundamental, conocida como nicho realizado. Los ecólogos, al estudiar variables ambientales en las zonas donde ocurren las especies, suelen estar analizando este nicho realizado.
Un cambio de nicho ocurre cuando una población introducida modifica su densidad de ocurrencia o amplía/restringe los límites de su nicho en comparación con la población nativa. Esto refleja la capacidad de una especie para establecerse en condiciones ambientales diferentes de las de su rango original.
Tipos principales de cambio de nicho:
Actualmente no existe evidencia concluyente que distinga claramente entre ambos mecanismos.
Los modelos de distribución de especies (SDMs) son herramientas usadas para predecir la expansión potencial de especies. Sin embargo, suponen que el nicho es conservador, es decir, que las especies están en equilibrio con su ambiente.
Si los cambios de nicho son frecuentes, esta suposición se rompe, afectando las proyecciones de biodiversidad. La evaluación de su frecuencia sigue siendo un problema central.
Las especies introducidas son útiles como “experimentos naturales” para estudiar este fenómeno, ya que se enfrentan a condiciones ambientales nuevas. No obstante, los resultados entre estudios son contradictorios debido a:
Los autores proponen enfocarse en grados relativos de cambio en lugar de clasificaciones binarias (“cambio / no cambio”), e incorporar climas no análogos y estudios experimentales que conecten macroclimas con microclimas.
Determinar si un cambio de nicho es fundamental requiere pasar de los análisis computacionales a enfoques experimentales rigurosos que integren genómica poblacional y ecología experimental. Los pasos propuestos son:
Debido a la escasez de trabajos que integren análisis computacionales, genética de poblaciones y experimentos de aptitud, no se pueden ofrecer explicaciones mecanicistas sólidas para la mayoría de los hallazgos de cambio de nicho.
El estudio de Bates y Bertelsmeier (2021) enfatiza la necesidad de combinar enfoques computacionales y experimentales para comprender los cambios de nicho en especies introducidas. Las autoras destacan que los cambios de nicho son fenómenos complejos y multifactoriales, donde la evidencia de evolución adaptativa aún es limitada.
Comprender la frecuencia y naturaleza de estos cambios es esencial para predecir invasiones biológicas y evaluar la respuesta de las especies al cambio climático.